El pasado jueves fuimos a llevar el material deportivo a la cárcel de Soto del Real que había sido recogido en la parroquia durante el pasado adviento. Tuvimos la gran suerte de que nos hicieran una visita "turística" por diferentes zonas del centro. Además contamos con la compañía de Asun, de Cáritas, y de Marisa, funcionaria. Algunas de las zonas que vimos fueron el polideportivo, la biblioteca, la cocina, la lavandería y algunas de las fábricas que aun continuaban abiertas.
Pasado un tiempo se nos unió uno de los jefes de seguridad, Domingo, un hombre muy agradable con el que entramos en los módulos y vimos las escuelas y talleres que hay en cada uno de ellos. El módulo más llamativo, a mi parecer, fue el número 5, pues aunque es uno de los más complicados por los reclusos que se encuentran en él, tenían un taller en el que hacía pañuelos y productos de papelería como los maravillosos cuadernos que repartieron a los monitores del campamento del 2013.
Aunque esté descrito en pocas líneas fue una experiencia de los más enriquecedora en todos los aspectos. Muchos tenemos la creencia de que todas las cárceles son tal y como Hollywood y el cine nos cuentan, pero me atrevo a decir que es todo lo contrario. La mayoría de las veces me costaba saber que tratábamos con presos y no con funcionarios, de lo cual me avergüenzo por tener 21 años y vivir en el mundo del cine hasta ahora. Ante todo hay que recordar que, criminales o no, todos son personas. Os recomiendo que, cuando volvamos a entregar material deportivo, os apuntéis a ir, pues no tiene desperdicio.
Por descontado, los reclusos quieren escribir unas palabras de agradecimiento a todos aquellos adultos y niños que dieron un poquito de lo suyo para darles un buen rato de diversión y de integración social; y por mi parte daros las gracias por vuestro trabajo y esfuerzo!!!
B.C.O.
0 comentarios :
Publicar un comentario