Hace dos semanas estuve en el comedor San Juan Bautista para
repartir desayunos. Ahora las personas que acuden a desayunar tienen un techo y
un sitio para estar calentitas. Tengo que decir que vale mucho la pena ayudar a
las personas porque te devuelven con creces lo que tú les has dado. Además enamora
saber que hay tanta gente con buena disposición que dedica su tiempo a ayudar a los demás.
Para mí es un regalo poder conocer otras realidades y participar de ellas en
este voluntariado.
Lucía
A.
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