El pasado domingo, 12 de febrero, nuestra parroquia celebró la Campaña Contra el Hambre de Manos Unidas. El equipo de sensibilización colgó los carteles de la Campaña por todo el recinto parroquial y colocó el resto de trípticos y sobres, para donativos, en los últimos bancos de la Iglesia. Pero además elaboró dos comunicados, uno para niños y jóvenes, y otro para adultos, que se leyeron, como monición de entrada, en las misas del fin de semana. A la salida de las misas se repartieron los trípticos, y globos a los más pequeños.
El comunicado leído en la misa de 11:30, dirigida en
especial a niños y jóvenes, merece una mención especial, era un cuento titulado
¨Mi nevera¨. Relato original, y tan claro
en su mensaje, que los de sensibilización consideraron que era igualmente
válido para leerlo en el resto de misas, más dirigidas a personas adultas, y
así se hizo. El cuento dice así:
Mi Nevera (imagino que como la vuestra) es grande y tiene mucha luz.
Normalmente, está llena y tiene muchos alimentos. Leche, huevos, yogures,
queso. Verduras y fruta. Carne, pescado, fiambre. Y qué decir de la mermelada,
el chocolate y los refrescos.
Yo diría que casi siempre, mi nevera esta alegre. Especialmente cuando en
casa hay fiesta o viene la abuela o amigos. Ese día tiramos la casa por la
ventana.
Hay familias que no tienen esa suerte, tienen nevera, pero difícilmente
consiguen que este alegre.
Consiguen lo necesario para medio llenarla a través de CARITAS y otras asociaciones. Y solo el hecho de tener
leche, huevos y alguna fruta ya es motivo de fiesta.
Pues bien, fijaros, en el mundo hay casi 800 millones de personas que pasan
hambre. Podríamos decir que no tienen nevera y no tienen medios para
conseguirla. Para ellos un plato de arroz o una simple sopa es de por sí ya una
fiesta.
Esta campaña que
celebramos hoy nos habla de ese tercio
de alimentos de nuestra nevera que acaba en la basura y con el lema
El mundo no necesita más comida. Necesita más gente comprometida.
Te recuerda lo que Jesús nos dijo “Tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y
me disteis de beber”.
Jesús nos
pide nuestro compromiso y generosidad.
➀ Piensa en
los que pasan hambre y ponte en su lugar
¿qué esperan ellos que hagamos los que tenemos una alegre nevera?
➁ Jesús te
pide compartir, ¿qué “panes y peces” tienes? ¿los puedes ofrecer para que otros
puedan comer y tener algo en su nevera?
➂ Recuerda:
Cuando compartimos, hay para todos; y lo que sobra no se tira, se recoge y se
aprovecha.
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